Proponen crear el C-5 de la universidad, geolocalización de delitos e implementar mochila segura en bachilleratos y el alcoholímetro

La atención a la inseguridad en los campus y la violencia de género son los problemas prioritarios a atender por parte de los 17 aspirantes a la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Para abatir la inseguridad, los asaltos a la comunidad, la venta de drogas, el abuso sexual y hasta feminicidios proponen, entre otras cosas, crear el C-5 de la universidad, aplicaciones de geolocalización de delitos y víctimas, estudiar si se implementan programas como mochila segura, el antidoping y el alcoholímetro.

De acuerdo con las propuestas, publicadas en la página de la Junta de Gobierno de la UNAM, una prioridad es “la erradicación del porrismo”, además de aumentar los botones de pánico fortalecer los cuerpos de seguridad, el programa sendero seguro, aumentar la coordinación con los gobiernos estatales para establecer protocolos de protección a la comunidad e impulsar el programa Cero Tolerancia a la Violencia de Género mediante la creación de espacios UNAM Violeta. 

Otro tema que preocupa es el financiamiento de la institución y ahí las propuestas van desde mantener los programas de austeridad, mejorar las prácticas administrativas y explorar “nuevas fuentes de financiamiento extraordinario”.

La idea es generar proyectos en diversos niveles: patrocinios, proyectos académicos e incidencia social, proyectos de infraestructura y equipamiento, y fondo de becas.Entre los temas que se abordan bajo la idea de ejes estratégicos, transversales o planes maestros se encuentran la defensa de la autonomía, la presencia de la UNAM en el país y su internacionalización, expansión de la matrícula y creación de nuevos espacios presenciales y virtuales, igualdad de género, atención a los grupos vulnerables, seguridad universitaria, impulso a la difusión cultural, la ciencia y el financiamiento o presupuesto.

 La UNAM debe ser una institución ejemplar en el combate a la inseguridad

Raúl Contreras, director de la Facultad de Derecho

«Raúl Contreras, director de la Facultad de Derecho presentó un proyecto de siete ejes y en el tema de seguridad sugiere 17 puntos para fortalecer la seguridad universitaria, impulsar una cultura de la legalidad y de fomento a la ciudadanía. Ahí enfatiza que la autonomía no debe ser justificación de la impunidad y por lo tanto la UNAM debe ser una “institución ejemplar en el combate a la inseguridad”.

Para hacerlo, además de mejorar las condiciones y los niveles de eficiencia del cuerpo de seguridad y de construir un sistema de video vigilancia, señaló que se debe crear una cultura de prevención y ciudadanía responsable.»Ello significa no sólo profesionalizar al personal que la comunidad ubica como Vigilancia UNAM, sino crear el C-5 de la UNAM, un Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Universitario “ampliando las capacidades de video monitoreo, recepción y seguimiento de llamadas telefónicas y avisos de emergencia”». Contreras propone además crear aplicaciones de geolocalización de delitos y víctimas, estudiar si se implementan programas como mochila segura en el bachillerato, así como el antidoping y el alcoholímetro.

Además de aumentar botones de pánico, fortalecer los cuerpos de seguridad, establecer el sendero seguro, protocolos de actuación sobre alertas y reacción inmediata, fortalecer los comités de mediación escolar para impulsar el diálogo y los acuerdos ante conflictos de la comunidad, siempre que no sean caso de violencia de género o de carácter laboral.

Señala que la comunidad ha enfrentado “la violación de alumnas, el feminicidio de Lesvy Osorio, la venta de drogas, asaltos continuos, etcétera”, por lo que son un reto en los próximos años.

El director propone crear campañas de promoción y respeto de los derechos humanos de “rechazo categórico de conductas y actitudes violentas, discriminatorias, intolerantes y excluyentes”. Además, sugiere asumir valores universitarios orientados a la sororidad, fraternidad, empatía, igualdad, solidaridad, tolerancia, respeto, comunicación, cooperación y ayuda mutua”.

La regulación del comercio informal que incrementa cada día es otra de las medidas

Laura Susana Acosta Torres, directora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad León, señaló la necesidad de atender el vandalismo, revitalizar el sendero seguro y generar mapas de riesgo en cada uno de los planteles. “Fortalecer la ciberseguridad de los sistemas institucionales de información y comunicación”. La directora coincide en fortalecer la ciberseguridad de los sistemas institucionales, “iniciando por los espacios de mayo riesgo”.

La regulación del comercio informal que incrementa cada día «es otra de las medidas que propone en el mismo nivel de relevancia que atender la “creciente violencia hacia la mujer y a las diversidades sexogenéricas en México”.

Propone “reconocer y disminuir al máximo el clima de inseguridad en las instalaciones universitarias y su entorno, comprendiendo que refleja la compleja situación del país.

«Sergio Alcocer, exdirector de la Facultad de Ingeniería y subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en su Plan Maestro, diseñó seis ejes estratégicos y dos transversales en los que propone promover sendero seguro y “la erradicación del porrismo como una meta”. Lo mismo evitar el consumo de alcohol y drogas con medidas de alerta temprana en el mismo rango se ubica» la “erradicación del comercio informal”. Considera impulsar la Cero Tolerancia a la Violencia de Género, evaluar lineamientos y protocolos de atención a la violencia de género, entre otros», con el programa “UNAM Violeta”.

En su propuesta de 10 ejes, el secretario Administrativo, Luis Álvarez Icaza Longoria reconoce que “en ocasiones, la intervención de titulares es lenta” cuando se aborda la violencia de género y el abanico de sanciones en el Estatuto General brinda “pocas opciones” y genera la percepción de que las sanciones impuestas son insuficientes.», considera que las resoluciones del Tribunal Universitario siguen siendo tardadas y establece mecanismos para diferenciar los procedimientos en contra de alumnos, trabajadores y funcionarios. Afirma que al interior de la institución “existen algunos grupos de activistas que se valen de estos medios violentos, como la apropiación de espacios y la destrucción de las instalaciones”. Explica que el problema no son las demandas de estos grupos sino la forma violenta de operar y frente a ello las entidades universitarias no han logrado integrar una respuesta, por la falta de recursos y por la desarticulación de las dependencias».

Existen algunos grupos de activistas que se valen de medios violentos, como la apropiación de espacios y la destrucción de las instalaciones

Leonardo Lomelí, secretario general de la UNAM, afirmó que la inseguridad en el país es una realidad que afecta los entornos de los diferentes campus de manera que sus» centra sus propuestas se centran» en fortalecer la seguridad en los trayectos de la comunidad a las instalaciones universitarias. Aseguró que la mejora de la infraestructura y el aprovechamiento de los avances tecnológicos permitirá desarrollar políticas cada vez más eficaces. El funcionario «Propuso atender el bullying, las violencias académicas y las de género» con el fortalecimiento de la Defensoría Universitaria.

Patricia Dávila Aranda, actual secretaria de Desarrollo Institucional, planteó seis ejes y en materia de seguridad especificó que “no se limita a evitar robos o agresiones, sino que incluye el manejo de residuos tóxicos, el uso adecuado de sustancias inflamables, garantías para los peatones, ciclistas y conductores, entre muchos otros aspectos”».

Archivo: Daniel Galeana

Advierte que para enfrentar el narcomenudeo se requieren protocolos, la coordinación del personal de vigilancia y campañas para prevenir las adicciones.

Para enfrentarlo propone que los directores de escuelas y facultades realicen recorridos constantes que “ayudarían a disuadir el establecimiento de focos de narcomenudeo y algunos otros problemas”. Propone desarrollar planes de seguridad en cada una de las dependencias, en particular en los más vulnerables. «Sobre la inseguridad, que afecta a la comunidad, aseguró que no hay una forma fácil ni directa para evitar que el alumnado sea víctima de asaltos, tocamientos, secuestros y demás delitos”, por lo que «propone una coordinación con autoridades locales y estatales.

El director de la Facultad de Medicina, Germán Fajardo, sugirió que se deben actualizar los protocolos para prevenir y disuadir los hechos delictivos, implementar mecanismo de vigilancia con dispositivos tecnológicos que aseguren el monitoreo de los planteles y mejorar las condiciones de iluminación de las instalaciones.

Explicó que la universidad nunca apostará por el castigo, la sanción, el acallamiento de las voces disidentes, por lo que la apuesta es la construcción de consensos.» Por su parte, el coordinador de la Investigación Científica, William Lee, reconoció que a pesar de lo que ocurre en otros ámbitos del país las instalaciones son en general seguras para la comunidad e hizo un reconocimiento a las acciones coordinadas, por lo que dice que el desafío sigue siendo mantener habitables los campus universitarios.

En seis ejes prioritarios Imanol Ordorika propuso realizar cambios normativos para prevenir y sancionar la violencia de género, crear una instancia especializada autónoma de la administración central, mientras que como acciones de derecho a la seguridad se pronunció por promover la protección frente al crimen y la violencia.

“Prevenir, sancionar y reparar todo tipo de violencia ejercida sobre una o un miembro de la comunidad”. «Jorge Alfredo Cuéllar, exdirector de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, hizo referencia a la inseguridad que va desde el robo en las instalaciones hasta agresiones verbales.»sugiere impulsar alianzas estratégicas con las autoridades en los distintos niveles de gobierno, responsables de la seguridad, para la protección de las instalaciones y crear el sendero seguro.

Guadalupe Valencia García, coordinadora de Humanidades, asegura que para atender los temas de seguridad se debe lanzar una convocatoria a toda la comunidad para alcanzar una universidad segura.

Ambrosio Velasco, exdirector de la Facultad de Filosofía y Letras, propuso entre nueve lineamientos para atender “los problemas” institucionales «fortalecer los programas que previenen la discriminación y la violencia de género. “Garantizar procesos justos, expeditos que atienden desde una perspectiva de género las demandas de las víctimas con respeto a los derechos de todas las personas involucradas”.

Héctor Bringas, excoordinador de Planeación, Presupuestación y Evaluación, dijo que es “urgente” impulsar un programa renovado que entre otros tenga como base la instalación de tecnologías, pero su adopción “requerirá necesariamente la aceptación de las comunidades porque se trata de temas sensibles”. Sugiere que la próxima administración debe «emprender un diagnóstico de protección civil en cada una de las instalaciones para garantizar la seguridad y la gobernabilidad.»

María Esperanza Martínez Romero, es «investigadora del Centro de Ciencias Genómicas», propone atender las denuncias de acoso y violencia con prontitud, eficiencia y dar castigo justo a los acosadores.

Además de que sugirió que “la prevención y las actividades durante desastres deben de estar siempre en la agenda y buscar maneras de hacerlas más eficientes”. Daniel Trejo Medina, profesor de la Facultad de Contaduría y Administración, se pronuncia por mejorar medidas preventivas y reactivas para mantener la seguridad y emergencias a través de la actualización y respaldo jurídico.

Luz del Carmen Alicia Vilchis Esquivel, exdirectora de la Facultad de Artes y Diseño, considera que todas las formas de violencia deben atenderse en función de que afectan el desarrollo de las actividades de la institución y las relaciones de las personas. Propone abordarlo con un enfoque de salud.

Domingo Alberto Vital Díaz, director del Centro de Enseñanza para Extranjeros, busca abrir un apartado especial para atender “fenómenos de intolerancia, extremismos y fanatismos”.